Los Ángeles-El Procurador General Edmund G. Brown Jr., presentó hoy una demanda contra el contratista de trabajo agrícola Juan Muñoz del Valle Imperial por no pagar el salario mínimo y horas de tiempo extra, y también por cometer violaciones 'potencialmente mortal' de seguridad hacia los trabajadores por negligentemente omitir tiempo de descanso y agua potable o sombra para los trabajadores de campo.
Juan Muñoz suministró trabajadores de campo a plantaciones de cebolla en el condado de Kern y en el Valle de Coachella y el Desierto de Mojave.
"En los meses ardientes del verano, el trabajo agrícola puede ser peligroso si los trabajadores no se les da descanso, sombra y agua potable', dijo Brown. 'No tenemos ninguna tolerancia para los contratistas como Muñoz, que niegan a sus trabajadores un salario justo y los someten a condiciones de trabajo potencialmente mortal'.
En el 2009, la oficina de Brown realizó una visita de campo rutinario a una plantación de cebolla del sur de California. Durante la visita, la oficina de Brown entrevisto a más de diez trabajadores contratados por Muñoz.
Según los trabajadores, Muñoz reunía a trabajadores por todo el sur de California y los llevaba a una plantación de cebolla que frecuentemente estaba lejos de sus hogares. Una vez en la plantación, los trabajadores se dividían los turnos durante todo el día y la noche, dormían en los campos y se bañaban en un depósito de agua cercano.
Los trabajadores no recibían descanso o agua potable, y los empleados no recibieron entrenamiento en cómo reconocer y prevenir el agotamiento por el calor.
Productores pagaban a Muñoz un precio fijo por unidad, como un saco de cebolla de cuatro galones, y Muñoz determinaba la tarifa de pago para los trabajadores del campo. A los trabajadores generalmente se les pagaba $1.23 por cada galón de cuatro sacos de cebollas que cosechaban.
Los empleados trabajaban una jornada de trabajo dividida en dos turnos aproximadamente 70 horas a la semana, pero no se les pagaba pago de prima. Bajo la ley estatal, los trabajadores tienen derecho a una hora adicional de salario si tienen menos de ocho horas de descanso entre cada turno. A los trabajadores también se les negó pago por tiempo extra. La ley estatal exige a los empleadores a pagar las horas extras (tiempo y medio) a los empleados que trabajan más de diez horas al día.
Además, a muchos de los trabajadores se les pagaba en efectivo por debajo del salario mínimo, sin una declaración escrita de las horas trabajadas, la tarifa de pago o deducciones hechas, también una violación de las leyes laborales del estado. Después de trabajar largas horas en los campos, los trabajadores frecuentemente eran obligados a esperar hasta dos horas para recibir sus honorarios.
Historias de los trabajadores del campo
Feliciano Sepúlveda y su esposa Sonia trabajaban entre 14 y 16 horas al día e, igual que los demás trabajadores, dormían en los campos. Él y su esposa trabajaban regularmente una jornada de trabajo dividida en dos turnos sin recibir pago de prima o tiempo extra, a pesar de los días largos. Cuando los Sepúlveda cobraban sus honorarios al fin del día, Muñoz redondeaba a la cantidad más baja del dólar. Durante la temporada de cosecha del 2009, ninguno de los Sepúlveda recibió entrenamiento sobre las señales de agotamiento por el calor y frecuentemente encontraban los botes de agua vacíos durante las horas más calurosas del día.
Mario Gómez y su esposa, Araceli Ramos, trabajaban bajo el mismo salario, una violación de las leyes laborales de California, que requiere que el trabajo realizado por dos individuos se reporte separado para cada trabajador. Ambos trabajaban aproximadamente 15 horas al día, pero ninguno de ellos recibió pago por tiempo extra o pago de prima por la jornada de trabajo dividida en dos turnos. Cuando se calculaba, los ingresos de Gómez y de Ramos eran menos de $8 la hora, sin deducciones o impuestos retenidos de sus salarios.
Nicolás Salinas trabajaba entre 12 y 14 horas al día, 7 días a la semana, pero nunca fue pagado tiempo extra o el pago de prima. Al final del día, Salinas esperaba más de dos horas para recibir sus honorarios y con frecuencia sólo recibía entre $4 y $7.50 por hora. En el talón del cheque de Salinas, sus horas de trabajo frecuentemente eran incorrectas, y las deducciones para los impuestos no fueron retenidos.
El salario mínimo federal es de $7.25/la hora, y el salario estatal mínimo es de $8.00/la hora.
La demanda de hoy alega que Muñoz violo las leyes de competencia desleal de California. La demanda busca:
• Un mandato judicial permanente;
• Sanciones civiles;
• Restitución de los trabajadores del campo, y,
• Otros gastos legales.
Una copia de la denuncia se adjunta (disponible solo en ingles).